Cuando iniciamos un nuevo proyecto, un nuevo emprendimiento o lanzamos una nueva línea, producto o servicio, generalmente establecemos expectativas muy grandes.
Hay muchas herramientas que nos ayudan a prever el comportamiento de lo que va a pasar, ya sea con una corrida financiera, con un buen estudio de mercado u observando la competencia actual.
Las expectativas te dan el poder de visualizar que va a
pasar con los clientes, con sus creencias, con sus comportamientos, con sus suposiciones
ya que, al lanzar un nuevo negocio o proyecto, debemos satisfacer las
necesidades de nuestros clientes.
En muchas ocasiones las expectativas llegan a ser ilusiones
o deseos de cómo nos queremos ver en un mes, en medio año, o al año de haber
iniciado operaciones, si en su caso abrimos un negocio. Las expectativas entre
más alejadas estén de la realidad, más sufrimiento o decepción nos traerán.
Así que, pongamos bien claros los escenarios “A, B y C”.
“A” es lo óptimo, lo que los números en papel nos aseguren
que va a pasar.
“B” es un escenario medio, suponiendo que algunas variables
no están aseguradas y que pueden afectar.
“C” es el peor de los escenarios. Obligadamente como
empresarios debemos establecer desde un inicio qué es lo peor que pueda pasar.
Obviamente dejar fuera los escenarios catastróficos que no
podamos controlar.
Como empresarios nuestro ánimo y pensamientos están a favor
de que se cumplan las expectativas, buscar el sí continuamente, impulsando día
a día con hechos para lograr lo deseado.
Te doy algunas recomendaciones, para ti que vas a iniciar un
negocio o proyecto.
- Si quieres que algo ocurra, haz que ocurra. Toma las iniciativas, sé responsable de hacer que las cosas sucedan, sé productivo.
- Enfócate en el ahora para poder visualizar el futuro.Que no te aten las envidias ni el qué dirán.
- Vive aquí y ahora. Ten confianza que las cosas van bien.
“Deja que la vida te sorprenda”
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