En días recientes vi una película que me atrapó y encantó
incluso desde el título: “Hambre de poder.” En idioma anglosajón se puede
encontrar como The Founder.
Además, mi querido lector, quiero comentarte que si las
películas son basadas en hechos reales está en particular me transportó en el
tiempo. Asumiendo en lo personal el rol de los protagonistas, en otras
palabras, me apasiono realmente.
Cabe recalcar que la película no es un documental, es una obra que cuenta la historia del nacimiento de una empresa ahora icónica:
McDonalds
El protagonista y hombre de negocios, Ray Kroc, inició en la
trama vendiendo mezcladoras para hacer malteadas a sus 52 años. Tocando puertas
por toda la nación norteamericana no veía que su oportunidad de crecer se
diera.
Se encontraba en dificultades ya que no estaba logrando vender
esas mezcladoras hasta que conoció, en su restaurante, a los hermanos Dick y
Mac McDonalds, por cierto muy conservadores, ellos tenían una novedosa manera
de producir hamburguesas rápidamente pero su visión solo estaba en un angulo de
60 grados. Con mucha creatividad pero
sin visión de poder expandir en grande su empresa.
El vendedor Ray se les acercó y cuando conoció el negocio
les dijo: ¡Hagamos una franquicia! A lo que los hermanos McDonalds contestaron
que ya lo habían intentado previamente y la idea fracasó, dado que no pudieron
tener el control de calidad fuera de su sede principal.
Ahí fue donde Ray, con una visión de 360 grados,
personalidad firme, audacia y hambre de éxito comenzó a hacer franquicias,
creció y creció venciendo obstáculos inclusive que los mismos fundadores se
encontraban en una negativa constante con sus nuevas ideas.
Al caminar en paralelo con los fundadores, Ray empezó a no
respetar el contrato con el objetivo de poder crecer. Empezó a trabajar en equipo:
con analistas financieros que le ayudaron a identificar el tipo de negocio en
el que estaba.
Un analista financiero, en una junta, le preguntó
directamente: ¿En qué negocio estas Ray?
“En el de hamburguesas que no se requiere platos ni tenedores y se come
en cualquier lugar, además lo puedes comer de una manera rápida” Afirmo Ray. El
financiero, con una perspectiva y visión diferente le dijo: “No Ray, no estás
en el negocio de hamburguesas, estas en el negocio de las bienes raíces.”
La visión de Ray y su hambre de poder lo llevaron a
visualizar a su naciente empresa como un nuevo ícono para la población general,
la nueva iglesia norteamericana, y que abre no solo los domingos.
Su acertada manera de ver el mercado potencial y su ímpetu creó
el concepto de lo que hoy conocemos como la comida rápida (Fast Food). Actualmente
su marca se encuentra en todos los países del mundo, con más de 1600 puntos de
venta.
Muy por aparte de tener todas las cualidades de un empresario
con hambre de poder, Ray contó con un ingrediente esencial en su estructura
mental y que lo llevo a crear el imperio que existe en nuestros días.
¡Perseverancia!
Sin embargo también agrego una cualidad más, tomó riesgos. Para
poder crecer hipotecó su casa, misma que estuvo a punto de perder. Arriesgó
todo para aplicar su idea y tuvo la fortuna y visión de acertar en el momento
exacto.
Por esto, Señora y señor empresario, felicito y me pongo de
pie a todos aquellos empresarios visionarios, audaces, tomadores de riesgos y
que tienen hambre de poder. Que perseveran en su búsqueda por el crecimiento de
sus negocios y no se dejan vencer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario