Para
muchos empresarios que fuimos directores fundadores de una empresa decidimos
ocupar el puesto de director vigilante.
Como
su nombre lo indica, en algún momento, día, mes o quizá años ocupamos el puesto
de “Director vigilante”.
El
punto de esta colaboración no es definir si el puesto es bueno o malo, lo que
si debemos evaluar es la recurrencia, intensidad y el tiempo que se le dedica a
este puesto; sin duda, cuando empiezas a ser empresario, debes hacerlo
recurrente porque debes estar pendiente de la puerta; de quién entra, quién
sale, qué entra, qué sale, quién abre y quién cierra el negocio.
Recuerdo
que al inicio de la empresa, mi hermano era el director responsable y el único
de cargo administrativo. Con eso me refiero a que él era el dueño y el
director, sus pocos colaboradores estaban en la parte operativa.
En
aquellos años 1978 la exhibición de los productos estaba sin barda, sin reja y
completamente abierto. El velador que se encargaba de cuidar el negocio por las
noches, un mal día no apareció, simplemente no llego. No hubo otra opción más que
mi hermano se quedara toda la noche ocupando el puesto de “Director vigilante
velador”.
Pasaron
los años e ingrese a la empresa ocupando el puesto de Director y en muchas
ocasiones ocupe también el puesto de “Director vigilante”.
Conforme
avanzo el tiempo, la inseguridad fue cada vez peor y cuando salieron las
alarmas detectoras de movimiento sin duda contratamos el servicio.
Servicio
que consistía que al salir dejabas activada la alarma y si había algún
movimiento sonaba una alarma y al mismo tiempo desde la central te marcaban.
Recuerdo aquella madrugada de invierno que sonó el teléfono avisando que habían
detectado movimiento en las oficinas de la fábrica.
En
ese momento sin duda, me levante, me puse una chamarra y fui a la fábrica a ver
que sucedía, llegue y me percate que era una ¡falsa alarma! El resultado de ser
el “Director vigilante” durante esa madrugada, fue un fuerte enfriamiento que
me ocasiono una gripa que me saco de circulación 4 o 5 días.
Así
mi querido lector puedo comentar muchas anécdotas que se dan en torno a este
tema.
El
último ejemplo de “Director vigilante” que
conocí, es el caso de un empresario que en su oficina tiene 3 pantallas para
observar 27 cámaras que graban todo lo que está pasando.
Sra. y sr. Empresario el remedio más efectivo para no ser recurrente, intensivo y dedicarle mucho tiempo al puesto de “Director vigilante” es delegar y paralelamente establecer controles con procedimientos, procesos y políticas bien definidas.
Sra. y sr. Empresario el remedio más efectivo para no ser recurrente, intensivo y dedicarle mucho tiempo al puesto de “Director vigilante” es delegar y paralelamente establecer controles con procedimientos, procesos y políticas bien definidas.
PD.
Aun con esto, no deje de ser esporádicamente director vigilante.
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