Todos y cada uno de nosotros hemos tenido la oportunidad de hablar ante un grupo de personas, me refiero desde el salón de clases en la época estudiantil o en una junta de trabajo, o algo tan sencillo como platicar con un discurso corto en una cena de amigos o con la familia.
Un discurso corto, es algo importante que un político debe de practicar!
El objetivo de esta colaboración, es dar la fórmula mágica de cómo hacer que un discurso corto produzca acción.
El propósito de un discurso debe de poseer alguno de estos cuatro objetivos fundamentales:
1) Persuadir u obtener acción
2) Informar
3) Impresionar y convencer
4) Entretener
Me queda claro mi estimado lector que para todo existe una técnica, una guía, una formula, un método, y en este tema seguro que hay un método para ordenar nuestro material de modo que obtengamos mayores probabilidades de que el auditorio responda afirmativamente a nuestro estimulo.
Dale Carnegie, creador de cursos para hablar en público, a través de su libro “Public Speaking and influencing men in Bussines” (Como hablar en público e influir en los hombres de negocios), en español, indica que la fórmula mágica para un discurso es:
Comienza con un discurso detallando tu ejemplo, un incidente que ilustre gráficamente la idea fundamental que pretendes transmitir; segundo, en términos específicos claros y definidos, explica tu objeto, di exactamente como quieres que actúen tus oyentes; y tercero, aclara las ventajas o beneficios que obtendrán tus oyentes cuando hagan lo que tú les solicitas.
Primero: Ofrece tu ejemplo, un incidente personal.
Empezar un discurso con un incidente o experiencia personal atrapara la atención del público o de tu auditorio.
He aquí algunas frases que se utilizan recurrentemente como imanes para captar la atención:
“En 2008, me hallaba en una camilla, en el hospital…”
“Estaba en un helicóptero iniciando el ascenso, había tal cantidad de polvo que no se podía ver nada hacia fuera, cuando de repente…”
En este punto llena tu ejemplo con detalles importantes, detalles que contribuyan a dar un realce mayor, expresado en lenguaje concreto y colorido.
“Vuelve a vivir tu experiencia mientras relatas”.
Cuanto mayor acción y calidez puedas poner en el relato de tu incidente, mas expectativa, más profunda será la impresión que causes a tus oyentes, ¡Seguro nunca se olvidaran de tu tema si te vuelves a encontrar a los que asistieron a tu oratoria en otros años!
Segundo: Enuncia tu objetivo, abreviado, la gente realiza solamente las cosas que entiende con claridad, procura que tu objetivo sea fácil de llevar a cabo por quienes lo escuchan y dale un tono de energía y convicción.
Tercero: Manifiesta, explica, invita al auditorio que beneficio puede tener al comunicar su discurso.
Asegúrate de poner énfasis en una razón, una solamente.
No caigas como los políticos, en repetir lo mismo, o decir lo mismo con diferentes palabras, se contundente.
Aplicando esta fórmula mágica cualquier persona hará que se exprese con más facilidad y confianza en sí mismo.
Dale Carnegie, consideraba que hablar en público no era un arte refinado que requiriese talentos y aptitudes especiales, sino una habilidad que cualquier persona con mediana preparación pueda adquirir y desarrollar voluntad.
Luis Gerardo Inman Peraldi
06/11/2012
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