En general, en nuestra cultura latinoamericana el significado del
dinero es muy diferente a otras culturas.
Y me pregunto ¿Existirá una relación entre las posición del dinero
y la iglesia católica en Latinoamérica? Me llama la atención la siguiente frase
“Dios Proveerá”
Hace algunos años, durante mi niñez y sobre todo en las ciudades pequeñas
se estigmatizaba a la persona adinerada; por ahora recuerdo algunas frases que
solía escuchar:
Es adinerado…
·
Por eso tiene tantos problemas.
·
Como tiene dinero, lo secuestran y le roban.
·
Claro, es muy adinerado, ¡pero no sabes todo
lo que ha hecho!
Estas y muchas estigmatizaciones más, se forman alrededor del
dinero y de quien lo posee.
Investigaciones recientes indican que el dinero no da la felicidad
pero ayuda a sentirse menos desgraciado; En otras palabras los estudiosos
concluye que el dinero puede ser una herramienta eficaz para reducir la
tristeza. Y otras corrientes sociales afirman que ¡El dinero no compra la
felicidad!
Si invertimos la ecuación, deberíamos entender que la
persona que no tiene dinero ¿puede llegar a ser feliz?
a) Hay
personas que tienen mucho dinero y no logran salir de sus problemas, siendo infelices la mayoría del tiempo.
b) Hay
quien tiene mucho dinero y logra tener una vida prospera, abundante y sin
mayores complicaciones en la vida.
Mi querido lector el tema no está en quien tiene mucho,
poco o nada de dinero, ni tampoco está en determinar si la felicidad o tristeza
son variables en esta ecuación complicada.
Lo que es cierto es que quien es pobre, es porque tiene
una mente pobre.
Recuerdo que un día llego a la empresa un extranjero en
bicicleta, en repetidas ocasiones preguntaba por diferentes módulos infantiles y
yo observaba que hacia anotaciones pero aún seguía indeciso y se despedía
amablemente.
Hasta que después de su cuarta visita, me atreví a abordarlo
y a preguntarle ¿para qué quieres este producto?, ¿Dónde lo vas instalar? ¿Qué
tipo de restaurante es? Y con ganas de venderle y cerrar el negocio le cuestione,
¿cuál es tu presupuesto? A lo que contesto con su medio español: Lo quiero para
mi restaurante que estoy iniciando y no me alcanza el dinero que tengo
presupuestado.
Negocie con este cliente de tal manera que llegamos al
siguiente acuerdo: una parte lo pago en efectivo y el resto fue a través de
vales de comida. Tomando el riesgo de no saber si tendría éxito.
Al pasar los años el extranjero aprendió hablar español,
tuvo mucho éxito en su restaurante, debo resaltar que los domingos ¡había fila de
espera para una mesa!
Con el tiempo nos hicimos amigos, un día asistí al
restaurante con mi familia y le pedí que se sentara en nuestra mesa para recordar
el apoyo que le brinde en su momento y para que nos compartiera cómo había
alcanzado el éxito.
Me emocione tanto con la plática que le planteé el modelo
de escalabilidad para expandirse y poner otros puntos de venta, haciendo que su
restaurante se convirtiera en una franquicia.
En fin, yo estaba más que emocionado con los planes
propuestos pero al terminar la plática y la comida, le pregunte ¿Cuándo inicias con este maravilloso
plan?… su respuesta me sorprendió; de manera clara y concisa dijo “No, no lo
voy hacer, con lo que tengo soy feliz y no quiero complicarme la vida”.
Con esto finalmente coincido que la prosperidad está en
función de conocerse a sí mismo, y la manera en la que cada quien construya su
relación con el dinero.
“Lo que causa la verdadera felicidad, es usar el dinero
para hacer el bien a otra persona”
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