Unas de las palabras que un empresario debe borrar de su léxico es
la palabra “changarro”.
Lamentablemente Vicente Fox (Expresidente de México) le dio mucha
difusión a este término en un programa de desarrollo económico cuyo objetivo
era apoyar a negocios pequeños como estanquillos, tortillerías, loncherías,
etc. Y los denomino “changarros”.
Veamos cuales son las particularidades de la “changarrización” desde diferentes ópticas: comercialización, organizacional y finanzas.
Comercialización
- definitivamente es cuando una empresa, un negocio se encuentra sin
crecimiento, con poca innovación que hace que no tenga una diferenciación con
su competencia y recurre a establecer su modelo de negocio en el precio,
otorgando recurrentemente descuentos, incapacitado a elevar precios obviamente.
El desempeño por parte de ventas es precario con una gran
dispersión de clientes.
Desde la óptica de la organización
lleva un desorden operativo, mucha operación sin gestión de resultados, cuenta
con sentido de urgencia y sensación de estrés.
Finalmente depende del fundador con síntomas de monotonía y
cansancio; Y desde el punto de vista financiero;
es recurrente tener bajos márgenes de utilidad, falta de inversión que lo lleva
a no tener flujo económico continuo, dando como resultado retrasar el pago a
sus proveedores.
Un ingrediente que no tiene el
“changarro” es la planeación, vive al día y se ocupa de la administración
de la escasez.
Sra. y Sr. Empresario aun cuando inicie su negocio olvídese de ser
un “changarro”, sin importar lo pequeño que sea, siempre tenga en su
léxico la palabra negocio o empresa y decrete que lleva tiempo de
emprendimiento, crecimiento, profesionalización e institucionalización. Que
requiere esfuerzo, conocimiento, persistencia, perseverancia, actitud y amor
por lo que se hace.
“Piensa en grande”
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