En uno de los múltiples y
variados restaurantes que se ha instalado en Puebla, observe que dentro del
mobiliario del restaurante, hay mesas-futbolito o mejor dicho futbolito-mesa en
forma rectangular para 6 personas con una cubierta de cristal encima del
futbolito en donde puedes “comer y jugar”.
Ciertamente
juega toda la familia, padres e hijos e inclusive los abuelos que pueden
resguardar las porterías.
La
brillante y creativa persona a quien se le corrió unir estos dos elementos “mesa
y futbolito”, mi respeto y mi admiración.
Emprendedora,
emprendedor esta fusión de dos productos fue ¡innovación! Seguro que sí, ya que
innovación es un proceso y como tal se puede y debe gestionar para asegurar el
éxito en su implementación.
Estoy
seguro que dentro de la mente de la o las personas que hicieron esta innovación
futbolito-mesa pasaron algunas interrogantes y cuestionamientos desde la
exploración, ideación, creación, evaluación y hasta la divulgación.
Lo que
yo puedo visualizar, desde mi imaginación es que un grupo de amigos jugaban
futbolito con frecuencia en “x” lugar, y les dieron la noticia de que había una
reducción significativa de espacio, por lo tanto tendrían que sacrificar el
futbolito, reubicándolo en otro lado. Ante esta noticia, alguno de los amigos
seguramente planteo quitar el vidrio de la mesa del comedor adecuándolo para
ponerlo encima del futbolito.
Así de
simple, muchas veces nos complicamos tanto que dejamos de intentar, por querer
hacer las cosas con exactitud y ese perfeccionismo que no nos deja avanzar para
ser más ocurrente. Y finalmente a este grupo de amigos que ante una amenaza, hubo
alguien ingenioso que se lo ocurrió la idea
de comer y seguir jugando el futbolito.
Sra. y
Sr. Empresario nunca pierda la capacidad de asombro ante las ocurrencias de un
colaborador, ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que no cumpla con las
expectativas?… no pasa nada, lo importante es que ¡ya se intentó!
“Uno
debe de vez en cuando intentar cosas que están más allá de su capacidad”.
Agustín Renoiz.
“Sigo
trabajando para intentar aprender, para intentar hacer lo que no sé. Detesto repetir cosas que ya he hecho”. Eduardo
Chillida.
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