“Una imagen dice más que mil
palabras.” Es uno de los dichos que encaja perfecto en el tema de la exhibición
de productos en una tienda; inclusive la fachada del negocio debe estar impecable,
bien pintada, con sus anuncios bien iluminados, sin vinilos decolorados,
puertas y ventanas funcionando.
Todavía existen negocios clásicos
como mercerías, tiendas de regalos, despachos, misceláneas o tiendas de ropa
donde los aparadores se quedaron olvidados, polvosos y obviamente no venden.
Una buena exhibición debe mostrar las características de un producto de marca o
de sus propios productos.
“Todo se vende”, reza un refrán y
otro que dice “El que no enseña no vende”, aquí aplica a que después de haber
tomado el inventario aparecen productos que están en la bodega y que no tienen
rotación. Claro que no, porque nadie los ve en la bodega, sáquelos, ármelos,
límpielos y exhíbalos, verá que se venderán de otra manera.
El principal objetivo de una
buena presentación visual de la mercancía es:
·
Llamar la atención del cliente
·
Despertar el interés por el producto
·
Motivar el deseo de compra
·
Que lo compre
Dependiendo de las técnicas de presentación,
los productos a exhibir, la ubicación, forma, disposiciones, altura de las
góndolas, gráficos, material pop y display que se monten; determinan la mayor o
menor venta del producto.
A la forma de acomodar los
productos dentro de una tienda se le llama merchandising, es una rama de la
mercadotecnia y no es otra cosa más que el conjunto de estrategias y
actividades que estimulan la compra en el punto de venta. No es casualidad que
los productos básicos como leche o papel higiénico, estén hasta el fondo dentro
de un supermercado; o que exhiban un juguete o dulce nuevo en el pasillo de los
detergentes, para que el niño lo pida mientras la mamá está concentrada
eligiendo el mejor quitamanchas.
“De la vista nace el
amor”
No solo es exhibir el producto
para que se venda, cada vez más y en diferentes productos existen diferentes
técnicas de promoción, en las que incluyen degustaciones, muestras, explicación
personalizada, regalos publicitarios y sobre todo la presentación de bellas
damas promoviendo los productos.
Resulta que difícilmente el
consumidor (en especial los hombres), resistimos a la prueba y seguramente
pasamos a la acción de compra. En los 70s u 80s, qué esperanza que te dieran
una muestra de un cigarrillo o degustación de tequila.
Así que Sr. y Sra. Empresaria, la
presentación visual, los displays, escaparates, y exhibición de sus productos,
es todo un tema, si lo requiere y la dimensión de su empresa lo sostiene, contrate
a un mercadólogo o un experto en merchandising. Si no cuenta con los recursos,
exhiba sus productos limpios, observe el comportamiento de sus clientes al
entrar a su negocio, eso le ayudará a ubicarlos, tenerlos disponibles y que
causen el mejor impacto posible.
“Para muestra, basta
un botón”