Según las encuestas aseguran que el 58% de las empresas
familiares tienen confianza que la segunda generación cuenta con capacidad
empresarial y espíritu emprendedor para continuar con la empresa y llevarla al
éxito.
Estos sucesores traen otro chip, definitivamente otras ideas
y son más agresivos en su forma de llevar la operación del negocio; son una de
las características de la llamada generación de los millennials.
Hoy el empresario siente y piensa que sí debe de entregar la
estafeta a diferencia de la generación de nuestros padres que muchos de ellos
se resistían y morían trabajando al frente de la empresa.
Las estadísticas no son amables con la sucesión empresarial;
solo tres de cada diez sobreviven a la segunda generación y una de cada diez lo
hace a la tercera. Si tomamos en cuenta que las empresas familiares conforman
el 90% del total y que solamente 2 de cada 10 sobreviven al primer año de la
operación. Pocas tienen la fortuna de poder sobrevivir a la generación
siguiente, así que el director o dueño debe tomar en cuenta lo siguiente:
·
Estar dispuesto a retirarse
·
Confiar plenamente en que el sucesor tiene la
capacidad
·
Tendrá que hacer un protocolo familiar el que
sí, el que no, cuándo entra, con qué sueldo y cómo.
·
El consejo de administración deberá de
supervisar al nuevo director
·
Dejar las finanzas transparentes
El dueño tiene que empoderar al sucesor de tal manera que
tenga la preparación suficiente para que entienda todos los procesos y el
funcionamiento de la empresa, el sucesor tendrá que entender cómo nació la
empresa, cómo estará cuando él entre como director y hacia qué rumbo va a
llevarla. Estos pasos no son rápidos, generalmente llevan de tres a cuatro años
que el dueño acompañe al hijo, hija o familiar.
Durante estos años los ojos de los demás colaboradores
estarán en el sucesor, el punto mi querido lector es que no sea visto como el
hijo del dueño; si no que adquiera un liderazgo por sus acciones, capacidad,
experiencia, por su carisma y humildad.
Sr. y Sra. Empresarios, la pregunta obligada y seriamente
hay que responder es ¿Quieres que tu hijo o hija sea un empleado o un potencial
accionista?
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