En
todas las organizaciones, empresas y en nuestra vida diaria suceden problemas,
que generalmente son hechos o situaciones eventuales que nos ocurren en
cualquier momento con alguien o algo.
La
habilidad de cada persona, radica en que el problema se solucione a
satisfacción de la parte o del algo, sin
llegar al conflicto, esto no incluye el sentido común ni el suponer, ya que
cada quien ve el problema desde diferente óptica.
“Los
problemas que tienes hoy, no lo puedes solucionar pensando igual que pensabas
cuando los creaste”. - Albert Einstein.
Sin
duda ante cualquier problema por pequeño que sea debemos tener información
clara y precisa del acontecimiento para hacer respiraciones profundas en
paralelo.
Identificar
qué tipo de intereses se encuentran periféricamente o en el interior del
problema ya que de forma oculta tenemos nuestros deseos, motivaciones o miedos.
La
solución de un problema sin llegar a un conflicto es “Negociar” de forma inteligente
y estratégica, permitiendo que si tú ganas, yo gano.
El
objetivo de negociar es generar acuerdos que se centran en puntos en común,
sobre todo, los que se dan en relaciones positivas a corto, mediano y largo
plazo.
Esto no
es mágico, lleva tiempo, el actuar precipitadamente (personas comúnmente
denominadas como “mecha corta”) entorpecen la negociación.
El
pensar que se tiene la verdad absoluta, es no abonar a la solución de los
problemas.
Sra. y
Sr Empresario hay demasiada información, cursos, capacitaciones para
negociación y manejo de conflictos, si requiere de un profesional cuando su
conflicto ya esta fuera de control, sin duda contrate a un especialista, un
mediador.
Paralelamente
o de manera independiente desarrolle la habilidad del poder de la negociación.
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