martes, 10 de mayo de 2016

EL HIJO DEL JEFE




Según las encuestas aseguran que el 58% de las empresas familiares tienen confianza que la segunda generación cuenta con capacidad empresarial y espíritu emprendedor para continuar con la empresa y llevarla al éxito.

Estos sucesores traen otro chip, definitivamente otras ideas y son más agresivos en su forma de llevar la operación del negocio; son una de las características de la llamada generación de los millennials.

Hoy el empresario siente y piensa que sí debe de entregar la estafeta a diferencia de la generación de nuestros padres que muchos de ellos se resistían y morían trabajando al frente de la empresa.

Las estadísticas no son amables con la sucesión empresarial; solo tres de cada diez sobreviven a la segunda generación y una de cada diez lo hace a la tercera. Si tomamos en cuenta que las empresas familiares conforman el 90% del total y que solamente 2 de cada 10 sobreviven al primer año de la operación. Pocas tienen la fortuna de poder sobrevivir a la generación siguiente, así que el director o dueño debe tomar en cuenta lo siguiente:

·         Estar dispuesto a retirarse
·         Confiar plenamente en que el sucesor tiene la capacidad
·         Tendrá que hacer un protocolo familiar el que sí, el que no, cuándo entra, con qué sueldo y cómo.
·         El consejo de administración deberá de supervisar al nuevo director
·         Dejar las finanzas transparentes

El dueño tiene que empoderar al sucesor de tal manera que tenga la preparación suficiente para que entienda todos los procesos y el funcionamiento de la empresa, el sucesor tendrá que entender cómo nació la empresa, cómo estará cuando él entre como director y hacia qué rumbo va a llevarla. Estos pasos no son rápidos, generalmente llevan de tres a cuatro años que el dueño acompañe al hijo, hija o familiar.

Durante estos años los ojos de los demás colaboradores estarán en el sucesor, el punto mi querido lector es que no sea visto como el hijo del dueño; si no que adquiera un liderazgo por sus acciones, capacidad, experiencia, por su carisma y humildad.


Sr. y Sra. Empresarios, la pregunta obligada y seriamente hay que responder es ¿Quieres que tu hijo o hija sea un empleado o un potencial accionista?

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