lunes, 6 de mayo de 2019

Escucha tu cuerpo


 
Eva Lucia, empresaria de 55 años con mucha actividad, cargada de trabajo y por consecuencia con alto nivel de stress al momento de cerrar su local comercial se distrajo, piso mal y su tobillo resulto con una fractura. Como pudo se subió a su auto y a medida que avanzaba, el dolor aumentaba, así que decidió llegar al área de urgencias dentro del hospital.
La atendieron rápidamente, le inmovilizaron el pie con yeso y la mandaron a reposar a casa, afortunadamente cumplió con la orden del doctor.

A los 2 días de estar en su casa, se sintió mal del pie, regreso al doctor para revisión, le tomaron algunas pruebas adicionales como presión arterial y demás análisis; En ese momento le diagnosticaron que las arterias del corazón estaban casi tapadas, a punto de tener un infarto así que de inmediato la ingresaron a quirófano para hacer cateterismo.
Con esta intervención a tiempo se salvó un posible infarto que por las características pudo haber sido fatal.

Eva Lucia como muchas empresarias o empresarios no escuchan a su cuerpo, sus actividades la tenían al límite del stress y en una vida sedentaria; la falta de tiempo tampoco le permitía ir a revisión médica, que lo recomendable es asistir por lo menos una vez al año, y en consecuencia su corazón estaba forzándose cada día más y más.
La señal que la salvo de un infarto fue precisamente el incidente del pie. ¡Así hay muchas anécdotas!

Si analizamos y sabemos escuchar a nuestro cuerpo, podemos tener una interpretación de alerta, de preocupación, que nos permita revisar cotidianamente nuestros hábitos alimenticios y de ejercicio.
Sra. y Sr. Empresario, sin duda tenemos mucha actividad en nuestras empresas, los problemas siempre existirán, afortunadamente todos los que están a nuestro alcance tienen un alto nivel de solución.
Tomemos el tiempo para hacer ejercicio por lo menos 30 minutos al día, comer sin excesos, dormir bien de 7 a 8 horas y visitar a nuestro medico por lo menos una vez al año.
Estas acciones son las mejores para prevenir una enfermedad que nos deje fuera de la empresa, que nos mantenga en cama y además con un gasto económico inesperado si no contamos con un seguro de gastos médicos.
La cama más cara, es la del hospital.- Steve Job

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