martes, 27 de septiembre de 2011

¿QUÉ ACTITUD DEBE TOMAR EN ESTE TIEMPO EL EMPRESARIO?

La tendencia de ver las cosas se inclina más por lo negativo en estos momentos que estamos pasando como país de México: inseguridad, narcotráfico, violencia, asaltos, robos, y bueno, lo que nos faltaba el dólar otra vez por los $ 14.00 pesos.
En estos días que he estado en el Norte del país, donde la situación de inseguridad es más agravante que el resto del país a tal grado que me fije que afuera de un negocio había una lona que decía “Cerrado” “Cerré por 3 asaltos”.
Preocupante la situación de este empresario, la pregunta es “Que va a hacer”, si tiene un ahorro y considera que con eso va a vivir el y su familia por muchos años o si se dio por vencido.
Este empresario tomo la actitud de clausura, percibió las dificultades como amenazas, cerro y se enclaustro en lo dramático, por el contrario una actitud de apertura hubiera sido que a partir de las dificultades había una solución a sus problemas, buscando la salida más eficaz posible, cuando se encontraba en apuro, no hubiera perdido mucho tiempo en lamentarse y se dedicaría a hallar las salidas al problema.

En realidad existen casi tantos puntos de vista como personas, en tanto que cada uno somos diferentes a los demás. Pero en una clasificación muy sencilla y quizá un poco reduccionista podemos distinguir entre optimistas y pesimistas.

Los empresarios pesimistas interpretan la realidad desde su lado más negativo y los empresarios optimistas perciben lo mejor de cada situación, lo que no quiere decir que ignore lo malo.

En un ejemplo de esto, escuche en una plática de café de empresarios que sus empresas son de micro a pequeñas, comentaban sobre el tipo de cambio del dólar con respecto al peso mexicano.
Uno decía: No, ahora si nos llevo… con esto todo se va a encarecer! Y el otro empresario dijo: me parece que el dólar esta alto porque la economía de Estados Unidos de Norte América se está recuperando fuertemente y nos irá mejor para 2012!

El pesimista no solo tiene el sufrimiento garantizado, sino que con su actitud difícilmente va a aportar soluciones constructivas a los problemas.
En cambio, los optimistas tienden a vivir más felices y superar con más facilidad las complicaciones.

La vida cotidiana de un empresario siempre está llena de situaciones difíciles de sobrellevar y de superar. Esto nadie lo duda. Ser un empresario con pensamientos positivos enfoca las relaciones humanas de una manera equilibrada ya que se basa en la convicción de que todo puede ir mejor si nosotros ponemos de nuestra parte una actitud positiva.

¿Qué pasa con un empresario pesimista?
Se amarga y sus relaciones interpersonales se van deteriorando poco a poco, llegara a perder la confianza en sí mismo.

Y ¿Qué pasa con un vendedor pesimista?
Pues cambiara rápidamente de profesión, ya que no conozco un verdadero vendedor que sea pesimista, todos los días el vendedor se levanta y piensa, se imagina que va a vender, que lo van a recibir, que va a cerrar una operación!

Hay que reconocer que todos tenemos un componente genético difícil de modificar, pero la personalidad se compone de conductas aprendidas y con actitud se puede modificar a una percepción positiva; echemos un vistazo a nuestros cinco o diez últimos años de vida, contemplaremos cómo han evolucionado nuestras actitudes ante diversos acontecimientos ocurridos.

El empresario, el vendedor tiene que “hablar con uno mismo”, es un método terapéutico que utiliza como elemento de curación la capacidad que todo individuo tiene para pensar, hablar y hablarse así mismo en positivo, la clave es restringir los pensamientos negativos y fomentar la fe en nosotros mismos, buscando en cada momento la respuesta más conveniente a nuestros problemas.

Frecuentemente hagamos inventario de todo lo que tenemos, que es mucho!
Nuestros problemas se minimizan cuando escuchamos los problemas realmente fuertes de los demás.

-Escuchemos a quienes nos quieren y nos valoran tal y como somos.
-Utilicemos pensamientos constructivos “quiero”, “puedo”, “soy capaz”.
-No aceptemos pensamientos como “a mis años no puedo cambiar”.

Admitamos nuestros errores, el empresario se equivoca porque se arriesga.

¿Alguna otra manera de ser empresario en estos tiempos?


Luis Gerardo Inman Peraldi
27/09/2011

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